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Uno siente un fastidio particular en enfrentarse a problemas que no deberían existir», escribió Italo Calvino durante un viaje por los Estados Unidos entre noviembre de 1959 y mayo de 1960. Lo anotó en un diario de viaje, que no se publicó como libro hasta después de su muerte y rechazó publicarlo en vida pues «al releer las pruebas lo sentí demasiado modesto como obra literaria y no lo bastante original para ser un reportaje periodístico». Un optimista en América lo editó Siruela en España en 2021 pero sólo por esa frase, por esa constatación del fastidio que se siente al enfrentarse a problemas que no deberían existir, vale la pena su lectura y más estos días cuando se aproxima la Fira del Llibre.

Italo Calvino se pasó varios meses recorriendo Estados Unidos de punta a punta y fue a su paso por Alabama, donde asistió a una reunión en la que habló Martin Luther King, cuando dejó esa frase. Y (entre paréntesis, a modo de ejemplo) incluyó entre los problemas que no deberían existir el «racismo» o la «intolerancia religiosa» entre otros. Y añadió que, en general, hay asuntos que ya deberían haber quedado relegados al pasado y que siguen ahí como reliquias y ante los que tienes que intervenir.

Tantos años después conviene seguir insistiendo en lo acertado de ese comentario y adoptarlo como divisa. Y valorar qué es importante y qué no. No existían hace 60 años las redes sociales ni los mensajes inmediatos que parecen obligarte a estas pendiente de asuntos que, en realidad, no tienen ninguna importancia. Cuando se da a todo el mismo valor, nada tiene valor. El tercer verano que asoma después del inicio de la Era Pandémica podría ser, otra vez, un buen momento para dejar a un lado cuestiones inútiles que no aportan nada. Hay que salir de casa cada día con la intención de no ocuparse, en lo posible, de más de dos asuntos. Y dejar de lado esfuerzos inútiles.