Cualquier sitio donde permanecen en pie los molinos del pasado nos resulta ahora pintoresco y atrae a los turistas, que se hacen selfis frente a ellos, encantados de poder compartir esas imágenes en sus redes sociales. En cambio, los molinos del siglo XXI, que son esas torres altísimas que a veces vemos cuando viajamos a otros sitios, se descartan casi de inmediato cuando se plantean alternativas energéticas en las Islas. Opinan los ecologistas que esas estructuras son feas, quizá en siglos pasados hubo quien lamentó la construcción de molinos tradicionales porque afeaban el paisaje, aunque eran más prácticos y hacían lo que tenían que hacer, lo que era necesario en ese momento. Ahora el conseller Yllanes viaja a esos lugares con menos remilgos para buscar soluciones.
Los molinos
Palma16/06/22 3:59
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1 comentario
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És a dir, vostè planteja eliminar les barques, me pareix molt bé. Podríem restaurar els molins per fer energia eòlica, però el que tenim és sol i moltes teulades buides