En las épocas de dictadura de masas los elementos del Estado maquiavélico acusan de los actos cometidos por las masas y sus funcionarios a minorías, extraterrestres o a los envidiados ricos. Pese a la unanimidad obligatoria nunca se sabe si quedan personas que no se adhieren a la película creada para matar la verdad y hay que calumniar a alguien para estrangular las críticas. El Estado pandémico. En principio, hubo fervor colectivo para aplaudir a los cuadros con jeringa y pistolas cuyo discurso era «si no obedeces mueres de un bicho». Luego, hubo un viraje que ya no dejaba lugar a dudas y se aplaudió igualmente el decreto de «si no obedeces mueres de la negligencia». Buscando chivos a quien acusar de actos colectivos como la fórmula «el no pinchado merece negligencia médica porque amenaza al protegido». Inventaron banqueros invisibles, masones invisibles y el terraplanismo, una demencia que patrozina el Estado prestando salas a los terraplanistas y declarándolos ‘la resistencia' cuando son funcionarios rabiosamente narcisistas que inventan nuevas ficciones para que no veas lo que ves. La búsqueda de ficciones cada vez encubre más una política de masas donde la persona deja de existir mientras el puro número de la masa es lo que sobrevive y cuenta.
La élite que nadie ha visto
14/09/22 3:59
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