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Vivimos en temporada fértil de encuestas y proliferan las conjeturas a partir de las mismas. Algunas arrojan datos cuyo análisis permite concluir que están orientadas a crear un determinado estado de opinión a partir de la elección sesgada de porcentajes y resultados. La finalidad de este tipo de estudios es influir en los medios creando escenarios que en términos políticos favorecen a unas u otras fuerzas políticas.

La demoscopia es ciencia que permite interpretaciones pero en algunos de los estudios publicados estos días se aprecia que el peso de las preguntas es superior al de las respuestas. Se diría que están diseñadas para provocar un efecto señuelo en el que la inserción de determinados datos aumenta el porcentaje de expectativas de algunas de las alternativas. Varias de ellas presentan a Pedro Sánchez como el político mejor situado en las preferencias de los votantes para presidir el Gobierno en clara contradicción de los propios sondeos que proclaman que el más votado sería el PP, cuyo candidato es Alberto Núñez Feijóo. En este tipo de sondeos-señuelo abrió camino el CIS que preside José Félix Tezanos y le han seguido otros quizá sin más intención que salir del paso y mantener los contratos con los medios que les encargan las encuestas.

Faltan seis meses para las elecciones municipales y autonómicas de mayo –consideradas como una suerte de meta volante de las generales que se celebraran dentro de un año– y puede pasar de todo porque en política un año es una eternidad. Pero indirectamente son los propios dirigentes socialistas quienes reconocen el desgaste que arrastra la figura de presidente del Gobierno y por eso han cancelado un homenaje a Pedro Sánchez que se iba a celebrar en el recinto de IFEMA en Madrid con motivo del tercer aniversario de la victoria electoral del 10-N de 2019. Parece que el detonante de la cancelación habría sido la negativa de algunos barones regionales a acudir al acto que se iba a celebrar el próximo sábado. Marcan distancias. Un plantón.