Palma23/01/23 0:29
Días después de la noticia de la renuncia del papa Benedicto XVI, en febrero de 2013, se publicó una fotografía de un papa en un humilde jardín y rezando debajo de un limonero. Era Benedicto XVI. No fueron fáciles los años del pontificado de Benedicto XVI, ya que muchos no entendieron al papa emérito, el fuerte, como yo le llamaría. Planteo su retirada como un trauma institucional, como un golpe seco y directo a la Iglesia. Benedicto XVI se inmoló en una crisis que creía necesaria para obligar al vaticano a hacer penitencia. Fue, quién lo iba a decir, el hombre de acción que hizo la revolución en el lugar más insospechado del mundo. Dijo que iba a rezar, pero se dedica a ver de lejos las obras. La suya, de reforma, es maestra.
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