A medida que las encuestas afianzan la percepción de un cambio de tendencia en la dirección de las administraciones, la reacción de la coalición de izquierdas gobernante se hace más desabrida. A raíz de los sondeos publicados recientemente por este periódico la portavoz del PSOE en el Parlament confrontaba su «ilusión» por revalidar el Govern con «un PP con la ultraderecha que, si suman, gobernarán y eso es aterrador». El significativo repudio de un principio esencial de la democracia como es la alternancia en el poder solo consigue despertar suspicacias acerca de cuáles puedan ser los comportamientos de su partido ante la eventualidad de tener que abandonar su actual estatus, si así lo deciden las urnas. Renunciar a la confortabilidad del poder será aterrador para la portavoz, pero denota una insultante falta de respeto a los ciudadanos que dentro de 108 días dictaminarán en un sentido u otro.
En el Senado, esta misma semana, el representante del PP, Javier Maroto, interrogaba a la vicepresidenta Calviño por los avales de 4,3 millones de euros al constructor que pagó con dinero negro la campaña del PSOE de Valencia, información publicada y documentada por el diario El Debate.com. La ministra eludió la pregunta mediante la descalificación del medio, al que hizo responsable de la publicación de «barbaridades y falsedades». El recorrido de la estrategia de matar al mensajero suele ser muy breve y sirve invariablemente para evaluar la nula consideración que se tiene, en este caso la ministra de Pedro Sánchez, por la función de los medios en una sociedad democrática.
La rectificación de la ley del ‘solo sí es sí', una enmienda en toda regla al propio Pedro Sánchez, a su partido y a todos los que obedientemente la votaron, ha sido emprendida inicialmente en solitario por el PSOE –al final, de alguna manera los socios y aliados tragarán, no fuera a romperse su alianza de intereses– y el PP ha ofrecido sus votos para reparar el desaguisado. A cambio, ha recibido una arisca negativa por parte de Patxi López en la estela de aquel no es no de infausto recuerdo. Y ya no es solo que sea incomprensible el silencio de jueces como los ministros Grande Marlaska, Margarita Robles y Pilar Llop y el vicepresidente de Francina Armengol, el también juez Juan Pedro Yllanes, ante las continuadas ofensas de Podemos por la atribución de culpas del fiasco de la ley a los togados, sino que el número creciente de delincuentes sexuales, ya más de 400, incluidas excarcelaciones, beneficiados por el Gobierno de Sánchez exige desterrar de una vez el sectarismo y la incompetencia.
2 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
Me alegra leer artículos de periodistas que le echan valor para escribir semejantes verdades. Ya no quedan muchos así, y menos en Mallorca.
El SECTARISMO que inunda nuestro país es realmente peligroso y NO SE CURA fácilmente es un problema de CULTURA. El PODER POLÍTICO LO SABE y lanza sus proclamas para EXCLUSIVAMENTE mantenerse en el PODER a costa de los POBRES MANIPULADOS que se creen que son del mismo equipo. Mientras aquellos beben Champagne y compran en comercios de lujo de la Quinta Avenida….estos reciben instrucciones de cómo hacer una compra básica por 30 €. Mas libros y menos Prozac