En periodismo la información no importa, lo importante es la comunicación. Esto se sabía hace 200 años, pero no se decía, era un secreto de periodistas veteranos muy curtidos, válido para hacer comentarios jocosos en el bar, al cierre de la redacción. Los novatos tardaban años en enterarse, y se procuraba que la gente en general (consumidores de contenidos) no se enterase nunca. En cambio, desde hace décadas y quién sabe por qué, no sólo se dice sino que se pregona con incomprensible orgullo, todos los periodistas son comunicadores, y lo que es peor, cualquiera que comunique algo es periodista. Colosal error de comunicación. ¿Y qué es eso de comunicar? Ah, bueno, eso… Probablemente algo emocional, cuestión de sentimientos. Lo que no impide que sea una ciencia, al menos según las Facultades de Ciencias de la Comunicación, que son las que otorgan rango académico al asunto, y donde además de periodistas se forman toda clase de comunicadores más o menos científicos, publicistas, productores audiovisuales, relaciones públicas, guionistas, técnicos en marketing, locutores, asesores políticos muy comunicativos (¡el relato!), expertos en redes y comunicación digital, etc. Gente cuyo oficio es comunicar lo que sea, y cosa que cogen, cosa que comunican de inmediato. Por algo estamos en la era de la comunicación, y todo lo demás es secundario. Les parecerá increíble, pero hasta yo, sin comerlo ni beberlo, soy un puto comunicador, y quién sabe qué estaré comunicando sin darme cuenta. Porque redactar sí que sé, pero comunicar… Valiente chorrada.
Demasiada comunicación
Palma16/02/23 0:29
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2 comentarios
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Ciertamente hay en el mundo un exceso de comunicación, y me ha encantado el concepto de sostenibilidad comunicativa. Leyendo me he acordado de los teléfonos fijos y de cuando uno llamaba y no obtenía respuesta después de los tonos de rigor. Entonces decíamos que comunicaba. Y pienso yo que, en general, la calidad de la mayor parte de la comunicación que recibimos es como la de ese teléfono comunicando...
Una vez conocí a un periodista que trabajaba para una empresa armamentista, su trabajo consistía en que la empresa que le pagaba saliera lo menos posible en los medios.