Estos tiempos modernos y esta política actual de intervención, no saben honrar a los que se quedan ni saben promover riqueza y dinamismo. Seguramente ello sea más importante que el altruismo de postureo y, por descontado, que toda la cascada de subvenciones destinadas a atontar a la sociedad para conseguir el voto cautivo. Castigamos con el escarnio a aquellos empresarios que consiguen el éxito y que además se quedan en nuestro país, en nuestra tierra. En estas islas tenemos muchos que, además, contribuyen al bienestar de toda España. También penalizamos a los que ahorran y que han optado por la forma que el sistema ha propiciado y sostenido: el ladrillo y las propiedades inmobiliarias. La inconsciencia y la propaganda están propiciando la destrucción de la clase media (que se esfuerza por mantener el patrimonio) y la huida de aquellos empresarios que agotados tributaria y burocráticamente aprovechan una planificación fiscal que es sobradamente lícita y que propicia la competencia normativa entre estados (en USA Delaware lidera el fenómeno race to the bottom que ilustra la facilidad para la creación y supervivencia empresarial).
Los que se quedan
Palma09/03/23 0:29
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