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Resulta que aunque usted no se lo crea existen 37 géneros y 10 orientaciones sexuales diferentes. Los que sí lo han visto claro son los policías nacionales que están recibiendo formación en materia de género y deben aprender esa ingente panoplia sin saber bien para qué.

Si usted se pregunta de dónde sale esa copiosa variedad, sepa que procede de la sucesiva ampliación de conceptos por el colectivo LGTBI+, hecha suya luego por el Ministerio de Igualdad y que impregna toda la acción del Gobierno.

Hace falta mucha imaginación, por supuesto, para diferenciar hasta 37 formas de relacionarse sexualmente con otra u otras personas. Mucha imaginación y mucho tiempo dedicado a ello. Así surgen denominaciones a cuál más original, desde homorromántico a grisexual, pasando por antrosexual, polisexual, omnisexual, trigénero…

No se puede decir, no, que este Gobierno no trabaje. Lo único que resulta dudoso es saber para qué lo hace. Se mete en todos los jardines que puede estropeando todos los sembrados, como en el caso de la ley del ‘sólo sí es sí'. En lo referente a nuestra sexualidad, el contenido de muchas denominaciones es casi idéntico, pues por mucho que se empeñen nuestros gobernantes es difícil diferenciar hasta 37 formas de relacionarse eróticamente las personas.

En cualquier caso, ya son ganas de meterse en berenjenales este Gobierno intervencionista. Puestos a decirnos que debemos hacer y cómo no nos deja libertad de hacerlo ni en la cama, tasando y definiendo nuestras posibilidades de relación con los demás.