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El conflicto entre Rusia y Ucrania ha generado un impacto significativo en el comercio mundial de alimentos, especialmente en la región importadora de cereales más grande del mundo. La falta de autosuficiencia en la producción de alimentos hace que los países sean vulnerables a las interrupciones de las cadenas de suministro y al aumento de precios. La guerra ha llevado a la imposición de restricciones a la exportación y ha interrumpido la logística, lo que ha reducido la producción y aumentado el riesgo.

El fósforo es un elemento esencial para todos los seres vivos y es de vital importancia en la agricultura moderna para mantener altos rendimientos en los sistemas agrícolas. Desde el siglo XX, su uso en la producción de alimentos ha aumentado cuatro veces debido a la creciente demanda alimentaria de una población en constante crecimiento. Gran parte del fósforo que consumen los animales es excretado en forma de estiércol, lo que lo hace disponible para la reutilización en la producción agrícola.

La seguridad alimentaria mundial enfrenta una grave amenaza debido a la posible escasez y agotamiento de los yacimientos de fosfato, un recurso vital para la producción de alimentos y fertilizantes. Marruecos es el principal proveedor mundial de fosfatos, con una posición dominante en el mercado que lo convierte en un actor clave en la geopolítica de los recursos naturales. La Unión Europea ha aumentado sus importaciones de fósforo marroquí y actualmente Marruecos representa el 50 % de las importaciones de fosfato en Europa. La guerra ha acentuado la dependencia de los países europeos al país norteafricano y ha influenciado para mejorar las relaciones norte-sur. Por otro lado, Marruecos ha intensificado su expansión en el continente africano a través de la ofensiva diplomática ‘verde’. Se lanzó un programa de apoyo que pretende beneficiar a 44 millones de agricultores en 35 países, y la empresa estatal OCP ha informado de que se aportarán más de 4 millones de fertilizantes al continente africano.

Es esencial buscar alternativas sostenibles a los fosfatos como fuente de fósforo, junto con la reducción del desperdicio de alimentos y la utilización eficiente de los recursos naturales, para garantizar la seguridad alimentaria global y el desarrollo sostenible. Es importante mantener un equilibrio en la geopolítica de los recursos naturales y la seguridad alimentaria global para evitar la concentración excesiva de poder en unos pocos países y sus posibles implicaciones geopolíticas.