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El pasado 7 de mayo, Kike Oñate publicaba un documentado reportaje y entrevistaba a Jacky Benmayor, el último hablante de judeoespañol que vive en Grecia y de origen mallorquín. Este asunto, el de los descendientes de judíos mallorquines, lo he vivido en varios viajes a Salónica, Estambul y Bursa donde localicé, en pleno centro, hace unos años la sinagoga mayor o de los mallorquines. Sinagogas de los sefarditas mallorquines las hubo en Estambul, a la vera del Cuerno de Oro, y desde luego en Salonica donde estuvo el Santo Cahal Mayor compuesto por descendientes de judíos mallorquines, la información la obtuve de un libro de Beinart que consulté en la Biblioteca de la Universidad de Estambul allá por 1987.

Hacia 1553 había 20.000 judíos en la capital macedónica y unos 80.000 hacia 1900. Culturalmente el momento más esplendoroso de la comunidad judía tesalónica fue el siglo XVI. El tema de los judíos mallorquines que llegaron a Salónica está por investigar (historia, costumbres, gastronomía, etc). Sobre nuestros compatriotas insulares se piensa incluso que ya llegaron algunos por lo menos en 1391 (¡antes de la conquista otomana de Contantinopla!, ¿tras las revueltas medievales en Mallorca?) y bastantes más a partir de 1492, aunque de todo eso no sabemos casi nada.

Cuando llegaron los sefarditas a Marruecos ya había núcleos anteriores; o sea, judíos que habían huido de las persecuciones bajomedievales. No es, pues, descabellado sostener lo mismo respecto a los judíos mallorquines de Salónica. También es muy interesante la apreciación historiador Michael Molho: a raíz de la traducción del talmud-torá al castellano se fue abandonando el uso de las otras lenguas. Es decir, durante un tiempo se debió oír mallorquín en Salónica.

Algún experto tendrá que ir a Salónica y a sus dos centros judaicos importantes a investigar bien todo esto. Estos centros, donde atienden de maravilla, son el Museo de la Presencia Judía, emplazado en pleno centro, en la calle Agiou Mina, donde trabaja una magnífica especialista en el mundo sefardí, Erika Perahia Zemour y el Centro de Historia Judía que se encuentra en la calle Tsimiski.

A la sinagoga mayor o de los mallorquines correspondían los siguientes apellidos: Arotchas, Vaena, Basso, Baraja, Beja, Ben Yaesh, Ben Mayor, Ben Santchi, Hirida, Teyah, Cohen, Levi, Nahmias, Soto, Soulema, Ferrera, Frances. No olvidemos que a los sefardíes les unía y les une un gran amor por su pasado español. Anteriores a la expulsión de los judíos en España, por decreto de los Reyes Católicos, fueron las que se llevaron a cabo en Francia, Alemania y Gran Bretaña, pero ninguna dejó la huella que ha dejado España en los sefarditas y los sefarditas también en España. Dedico este artículo al catedrático de la UIB Miquel Beltrán Munar especialista en dos grandes filósofos de todos los tiempos: Spinoza y Maimónides. Los estudios de Beltrán tienen homologación internacional y han sido reconocidos y becados por la Memorial Foundation for Jewish Culture de Nueva York.