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Como todos saben, anteayer tuvo lugar un debate público entre los dos principales candidatos a la presidencia del Gobierno de España. El debate fue embarrado, bronco, feo. Un esperpento televisivo y, lo peor, una mancha en el currículum de nuestra joven democracia.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no cumplió con las expectativas; y eso es algo que escuece estos días en Ferraz. En primer lugar, Sánchez, se mostró algo más nervioso de lo habitual. No era para menos, pues el debate se celebraba en terreno hostil para él: Atresmedia. Los ‘moderadores’ eran Ana Pastor (la mujer y cómplice de Ferreras) y Vicente Vallés (un declarado militante derechista), y hasta el fondo de pantalla era de color azul, a juego con la corbata de Feijóo. Lamentablemente, ese escenario fue la condición que Feijóo impuso para aceptar debatir públicamente con Sánchez.

Pero lo que más se le puede reprochar a Sánchez es que permitiera a Feijóo verter numerosas mentiras y medias verdades, sobre todo en cuestiones económicas, energéticas y de vivienda:

Por ejemplo, Feijóo dijo que en el primer trimestre de 2023 España no había recuperado aún el PIB anterior a la pandemia, lo cual es falso, pues la economía española logró recuperar los niveles prepandemia en el primer trimestre de 2023. Feijóo también afirmó categóricamente que España ha emitido el doble de deuda pública que el resto de países de la Unión Europea. Eso tampoco es cierto: entre 2019 y 2023 la deuda pública española ha crecido un 23 %, mientras que la de la UE ha aumentado un 22 %.

En materia de vivienda, el líder de la oposición tuvo la desfachatez de decir que entre 2018 y 2019 calificó más de 2.500 viviendas protegidas en Galicia, mientras que los datos oficiales indican que solo 12 viviendas fueron calificadas como tal. También ha afirmado Feijóo que la ocupación ilegal de viviendas en España ha crecido más desde que Sánchez llegó a La Moncloa. Según los datos oficiales, durante los años 2017, 2018 y 2019, con el PP en el Gobierno, la ocupación ilegal creció un 38 %. En cambio, durante los años 2020, 2021 y 2022, con Sánchez en La Moncloa, la ocupación ilegal ha crecido un 14 %. Otra mentira de Feijóo.

Por último, en materia energética, Feijóo ha negado que la excepción ibérica permitiera a los hogares y empresas españolas ahorrar 5.000 millones de euros respecto a lo que habrían pagado si no se hubiera aplicado esta medida. De nuevo, esta afirmación del líder de la oposición es desmentida por los datos oficiales. Además, Feijóo ha afirmado categóricamente que la Unión Europea va a derogar la excepción ibérica, cuando la aplicabilidad de la medida está pactada con Bruselas hasta finales de año.

En líneas generales, Feijóo salió vivo: logró desviar la atención cuando se trataron asuntos delicados, como los pactos autonómicos y municipales con Vox; o fue salvado por la campana de los ‘moderadores’ cuando parecía que se disponía a responder a un comentario sobre el origen turbio de sus ingresos. Y en el resto de situaciones, mintió. Mintió como un bellaco. Y Sánchez no fue convincente a la hora de hacernos ver que el presidente del PP es un mentiroso patológico.