El calentamiento global, la excesiva dependencia de las cadenas de suministros globales, la inestabilidad geopolítica mundial y la incertidumbre sobre el abastecimiento de energía obligan a Europa a llevar a cabo una transición energética. Aunque la transición verde es crucial en todas partes, urge más en los países europeos, dada la decisión geopolítica de renunciar a la energía de Rusia. Para que tal transición pueda realizarse con éxito, es necesario, en mi opinión, que se implementen una serie de políticas:
En primer lugar, cabe terminar con las políticas monetarias contractivas encaminadas a frenar la inflación. El BCE sigue empeñado en subir los tipos de interés para evitar una supuesta espiral de precios y salarios. Tal es la obsesión del BCE por frenar esa espiral que está dispuesto a asumir el riesgo de generar una crisis económica en la zona Euro. Alemania, supuestamente la locomotora de Europa, entró en recesión técnica el primer trimestre del año. A pesar de ello, el BCE subió tipos la semana pasada (por novena vez consecutiva). Por otro lado, y más importante, una política monetaria restrictiva no es compatible con la financiación de la transición verde, la cual requiere un considerable aumento de la inversión.
En segundo lugar, y relacionado con lo anterior, debe abandonarse el objetivo de mantener la inflación al 2 %. A parte de la incertidumbre sobre el suministro energético o las consecuencias del cambio climático (sequías y aumento del riesgo de incendios que conllevan la deforestación y la desertización del planeta, tormentas más intensas, mayor propagación de enfermedades, olas de calor más fuertes, aumentos del nivel del mar, tasas de precipitación más bajas, mayor frecuencia de terremotos y huracanes, etc.) parece evidente que, al menos en la próxima década, la transición energética va a ser inflacionaria (pues, a día de hoy, las tecnologías renovables tienen una tasa de retorno energético inferior a las de las energías fósiles). Por tanto, el 2 % de inflación no parece realista en un contexto de transición verde.
En tercer lugar, considero necesario que los salarios se indexen a la inflación. En la mayoría de países europeos los salarios han perdido poder adquisitivo porque no están indexados a la evolución de los precios. Esto, en un contexto de inflación, evitaría la caída de los salarios reales y ayudaría a mantener la demanda agregada en niveles compatibles con el flujo de inversiones requerido por la transición verde.
Si los salarios se indexan a la inflación sí que se podrían dar situaciones de espirales precios-salarios. Por ello sería necesaria también una política fiscal y regulatoria que en momentos de tensiones inflacionarias evitara más aumentos de precios: los controles de precios, especialmente en sectores conformados por empresas con elevado poder de mercado, pueden ser efectivos. Los aumentos de impuestos, en un marco fiscal progresista, también pueden contribuir a frenar los precios, como ya expliqué en un artículo anterior.
3 comentarios
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Otro gallo cantaría si no se hubiera tomado la decisión unilateral geopolítica de USA y dejásemos de ser títeres de la OTAN. Ahora seguiremos por delante pagando tres veces más el gas y por detrás seguiremos comprandoselo a Rusia. Es patético y todo por una pelea que estaba perdida desde el minuto uno y que los únicos perjudicados somos los europeos.
Malta 00Pensava diries que possassim un impost al sol com el PP. Per cert, curiós nick, Malta és un bon exemple per les illes, és independent i no paga impostos colonials
Yo le diré a usted como afrontar la transición verde, tome nota, por favor, que es muy importante: "NO ESCONDER QUE LA FÁBRICA DE HIDRÓGENO VERDE DE LLOSETA LLEVABA PARADA UN AÑO". A partir de ahí estoy sentado para atender todas las posibles alternativas transicionales, Agenda 2030, etcétera.