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Las redes sociales son el patio del colegio de los adultos. Aquí se reúne lo mejor y lo peor de cada casa y nos permiten vislumbrar cómo andan los cerebros de buena parte de la población.Al menos de la más ruidosa.Lamentable. Ayer descubrí la existencia de una individua llamada Laura Arroyo, que por lo visto es secretaria de Análisis Político y Discurso de Podemos. Tras un título con tanta pompa se esconde, por lo que se deduce de sus comentarios en Twitter, una persona incapaz de analizarse a sí misma ni su discurso.Porque si lo hiciera con una mínima dosis de racionalidad, cerraría la cuenta y se dedicaría a otras cosas. Ayer mismo publicaba un hilo que empieza así: «Me sumo a la moda de contar anécdotas con los fascistas (...). Una mañana subí a un ascensor en el Congreso (...). Entraron Espinosa de los Monteros, Abascal, Smith y un técnico de Vox». La mujer tarda seis tuits en explicar lo mal que se sintió por compartir ascensor con cuatro hombres de ideología diferente a la suya.Y salpimenta su discurso con expresiones como «empecé a temblar», «temblé porque mi cuerpo reconoció el riesgo», «no siempre hace falta que te digan algo para sentirte amenazada», «salí corriendo», «desde que entraron en el Congreso vivimos además del temor social de lo que representan ese temor corporal y primario».

Mira que soy de izquierdas, feminista y mujer y las he visto de todos los colores.Pero utilizar tu ideología para convertir a todos los hombres de derechas en unos potenciales violadores me parece rastrero, innecesario y que te retrata a ti más que a ellos. Serás todo lo «mujer, migrante, racializada y de izquierdas» que quieras, pero por encima y por debajo de todo eso me parece que lo que más eres es una mema.