Es increíble la capacidad que tenemos los humanos para montar circos. Cuando vemos películas que nos muestran al pueblo romano jaleando los combates entre animales y seres humanos, pensamos que ese tiempo queda muy lejos. Sin embargo no es cierto. El placer por la violencia, la atracción por las atrocidades y sus detalles morbosos, alimentan a algunas personas. Me resulta incomprensible.
No voy a explicar la noticia porque es muy conocida. El asesinato de Edwin Arrieta en manos de Daniel Sancho en Tailandia ha sido y será noticia de actualidad durante mucho tiempo: la relación entre el presunto asesino y el asesinado, los detalles de su encuentro, las secuencias del asesinato, las pistas que han descubierto las claves del crimen… todos esos elementos han sido material de noticias, tertulias, reportajes, y opiniones de multitudes anónimas que utilizan las redes para juzgar al mundo.
A día de hoy no tiene sentido barajar nuevos puntos de vista ni sumarse a controversias absurdas. Lo que me ocupa no es la noticia, la anécdota concreta, aunque reconozco que tiene todos los ingredientes para alterar al gallinero en que a veces se convierte nuestra sociedad.
Los circos
Palma28/08/23 0:29
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