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Somos animales muy territoriales, de los que asocian el territorio con su propia identidad, algo sagrado, y al igual que los hipopótamos o lobos, lo marcan con su orina y un plus de mitos, historias y palabrería. Todos los seres humanos son territoriales como leones heráldicos, pero en España quizá lo somos más, y por eso llevamos décadas (o siglos) hablando del muy conflictivo tema de la territorialidad, ahora llamada plurinacionalidad. Hay largas temporadas en las que no se habla de otra cosa, y precisamente este último mes, debido a los forcejeos de investidura para pactar un Gobierno nacional, y al hecho de que los catalanes independentistas (territoriales a más no poder) sean decisivos, el nivel de territorialidad (NT) ha superado todas las marcas desde que hay registros y datos. Sí, como el calor en agosto. Sólo Ucrania nos supera en territorialidad frenética, pero claro, allí hay guerra y tienen un caos territorial histórico de órdago. Hasta Feijóo abogaba la semana pasada por «el encaje territorial de Catalunya», lo que además de las chanzas de los catalanes, que no tienen intención de encajar en nada (sólo encajan consigo mismos), provocó la indignación de su clientela territorial, que le obligó a matizar (territorialmente) la propuesta. Hasta dejarla en nada. En el PP son tan territoriales que no toleran que se les considere territoriales, ni que se hable del asunto. Pero vaya si se habla. De qué vamos a hablar, si el 11 de septiembre fue fiesta nacional de Catalunya. Citaré una bella frase de Leibniz, filósofo y matemático muerto hace 300 años: «La materia del mundo no son los átomos, sino el apetito y la percepción». Y apetitos y percepciones hay tantos como territorios. Meses llevamos escuchando propuestas y exigencias absurdas, así como pataletas identitarias. La amnistía es una majadería; a lo hecho pecho, nada de gimotear. Pero hace 40 años que estoy a favor del referéndum, no uno que lo perderían, sino tantos como fuere menester. También para vascos, gallegos, andaluces y madrileños, si su territorialidad lo demandase. Más otro estatal para determinar si España desea independizarse de Catalunya. Ya sé que no es una solución muy viable, pero todas las demás tampoco lo son. Porque la territorialidad es así. Pregunten a los hipopótamos.