Recuerdo durante toda mi infancia la incesante cantaleta informativa con los avatares bélicos de Oriente Próximo, a los que de vez en cuando les hacían eco desde Centroamérica, otros que continúan igual. La violencia parece intrínseca a esa raza –árabes y judíos– que puebla la región más conflictiva del planeta, donde, aunque parezca increíble a estas alturas del siglo XXI, todavía se pelean por asuntos religiosos. Una visita a la tres veces santa Jerusalén proporciona una idea clara de cómo respiran en ese país, con minorías integristas por ambas partes –allí los únicos que no dicen ni pío son los cristianos– que parecen no querer salir de los tiempos de Jesucristo. Machistas, homófobos, radicales, obtusos y obsesionados con unos dioses que han demostrado ser –como las criaturas que diseñaron a su imagen y semejanza– de una crueldad extrema.
La tierra prometida
Palma09/10/23 0:29
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4 comentarios
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Las religiones son las sectas más antiguas de la humanidad
Se le olvida un detalle: los judios nunca han hecho proselitismo de su religion, lo que quieren es que les dejen en paz. En cambio los arabes tienen la Jihad como practica historica, y la Sharia como ley a imponer
MateuEls mallorquins vivim a una terra que ja no pareix nostra, i tot gràcies a l' avaricia dels locals i també a tots els que han vengut de fora que encara són més avariciosos sense importar - lis res d'aquesta illa que els ha acollit.
"Con lo fácil que habría sido para un pueblo rico fundar la nación judía en cualquier parte del mundo, comprando tierras en Sudamérica, en Rusia o en Canadá, donde abundan." > Es una afirmación bastante ligera, imagínese que alguien decide que los mallorquines tenemos que vivir todos juntos en un trozo de tierra de cualquier país, en vez de en Mallorca. Muy fácil todo.