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Lo más difícil de comprender es que no por comprender mucho amanece más temprano. A veces ni amanece, porque si bien las simplezas complican mucho las cosas, y el entusiasmo de los ineptos es peligrosísimo, demasiado entendimiento genera tinieblas. Las complican aún más, en definitiva. «Tenía tal entendimiento que ya casi no servía para nada», escribió Lichtenberg. Comprenderlo todo (la guerra de Ucrania, la de Gaza, la política española) suele ser un error, peor que no entender nada. Es irritante, te amarga la vida. Lo sé porque me la he pasado intentando entender algo, y cuando al fin lo entendí, Lichtenberg tenía razón. No sirve para nada. A muchos más sabios que yo se les fue la olla por exceso de comprensión. Comprenderlo todo es una pesadilla. Si recuerdas que la guerra de Ucrania no empezó con la invasión de Putin, sino con el conflicto civil de 2014, complicas más las cosas; si te consta que la de Gaza, contra la versión de Israel apoyada por EEUU y Europa, no empezó la semana pasada sino hace 75 años, o antes con el exterminio nazi, y entiendes por tanto los discursos de unos y otros, tanta comprensión sólo hace más insufribles las matanzas. Porque comprender no es aceptar, ni justificar, ni que te guste lo que has comprendido. «Compréndeme», suelen exigir los malvados. Te comprendo perfectamente, podría decir. Y qué. También comprendo la Historia, y la fisión del átomo, y La Biblia, y eso no significa que esté de acuerdo y me gusten. Hasta el universo comprendo, y no me gusta nada. Demasiadas explosiones, desintegraciones por doquier. No me extraña que la gente prefiera explicaciones simples y drásticas, que lo complican todo, si entender bien las cosas es peor. Pero no estamos hablando de guerras, sino de para qué sirve comprender algo. Bueno, es una pregunta difícil. A los griegos les servía para escribir tragedias en hexámetros, pero eso ya no se estila. Quizá también sirve para decir menos mentiras y simplezas, que son las fuerzas que mueven el mundo. Es decir, un pequeño lujo. Probablemente, hace tiempo que ya estoy comprendiendo más de lo que me puedo permitir. A este paso, pronto comprenderé que no por mucho comprender amanece más temprano.