Cada día, millares de noticias nacen y mueren en pocas horas. Se desintegran al contacto con el aire, jamás se vuelve a oír de ellas. Este fenómeno periodístico ya lo anticipó Anthony Burgess en El fin de las noticias del mundo, y también, hace casi un siglo, el apocalíptico periodista austrohúngaro Karl Kraus. A diario desaparecen o mueren millares de cosas y personas, así como palabras, ideas, puestos de trabajo, especies en peligro de extinción, modales y grandes sumas de dinero. Pero lo que más desaparece son noticias. Si la realidad es muy volátil de por sí, las noticias sobre la realidad lo son mucho más. Mueren a la luz del sol, como los vampiros, y se las lleva el viento. Bastantes son noticias de relleno, para cubrir formatos, pero también las hay estadísticas, sociológicas, idiotas, metafísicas, científicas y directamente apocalípticas (el fin del mundo se está anunciando desde la Edad Media, o antes aún, desde la Biblia, ese texto fundacional del periodismo escrito).
Noticias desaparecidas
Palma17/12/23 0:29
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