La cena de Nochebuena suele ser el momento idóneo para la tormenta familiar perfecta, especialmente cuando se sientan a la mesa especímenes de distinta ideología, no digamos ya si aparece el consabido cuñado machista, racista u homófobo; la fiesta está servida. Es probable que hoy compartan viandas votantes de izquierda y de derecha, incluso de ambos extremos. Y no pasa nada, es lícito que cada cual vote a quien le dé la gana. Lo que no es de recibo es votar a quien pone una bota sobre tu cabeza y presiona para que te hundas en el barro. Cualquier persona medianamente inteligente sabe que la derecha, y sobre todo la extrema derecha, gobierna para la clase media alta y para los ultrarricos. De ahí sus rebajas de impuestos a los millonarios, el establecimiento de colegios de lujo segregados y sus promesas de reducir las cotizaciones sociales y otros chollos al empresariado. La clase obrera vivimos en otra dimensión y por eso resulta ridículo apostar por políticos con un discurso que suena a música celestial a quien ingresa cien mil, medio millón o millones de euros al año.
Obreros
Palma25/12/23 0:29
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1 comentario
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Els rics tenen consciència de classe i per això lluiten per evitar que els demés en tenguem. Quan els que hem de treballar per viure cobrem consciència de classe, tendrem més dignitat. Això sí, haurem de lluitar contra la demagògia i el nivell intel·lectual no arriba per ara, per això se tolera que hi hagi "democràcia"