Se podría pensar que las multitudes no son un invento de la humanidad, sino la propia humanidad en sí, que es multitudinaria como la naturaleza misma, muy proclive a hacer de cada cosa (galaxias, sistemas solares, criaturas, microbios, nubes gaseosas, puede que universos) innumerables copias y repeticiones, ya que lo más importante de lo que sea es que sea mucho. Se podría, claro está, pero sería un error conceptual, ya que la muchedumbre, lo multitudinario, es una característica esencial del cerebro humano, y hasta que no logramos ser una especie masiva, lo que nos llevó millones de años, no fuimos realmente humanos ni logramos considerarnos como tales. Supongo que esto ya lo explicó Elías Canetti en Masa y poder, pero para lo que ahora interesa basta recordar que tenemos incrustado en los sesos, en el alma por así decir, el mandato bíblico de crecer y multiplicarnos, pues o somos muchos, o no somos nada. Por eso es tan masivo Internet, la culminación final del invento.
Grandes inventos. La multitud
Palma22/01/24 0:30
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