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En esta película (Manuel Martín Cuenca, 2008) un adolescente arrastrado por la corriente del mar descubre un tesoro escondido en una cueva en forma de fardos de hachís. Pero el mar tiene otro tesoro más oculto, además de permitir el ocio gratuito, su eficiencia en el transporte comercial. El 90 % de éste llega por vía marítima a la UE, con un claro origen en Asia. Su importancia estratégica se ha puesto de manifiesto con la guerra en Oriente Medio y el bloqueo del Mar Rojo, que está planteando transportes alternativos; por ferrocarril (hasta Milán); por carretera a través de Arabia Saudí hasta Egipto; e incluso vuelos Dubái-Europa. Pero los buques como el HMM Algeciras, de casi 400 metros de eslora, pueden transportar una carga de unas 24.000 TEU con una huella de carbono muy reducida, sobre todo si se compara con los aviones comerciales para transportar igual volumen de carga. Su versatilidad va desde graneles a piezas voluminosas, contenedores, o vehículos. El Parlamento Europeo reconoce (Resolución 2019/2193 (INI) de 27/4/2021) que el transporte marítimo y los puertos desempeñan un papel esencial en la economía de la Unión, aportando 140.000 millones de EUR al PIB en 2018 y generando más de 2 millones de puestos de trabajo. El 40 % de la flota de arqueo bruto mundial está controlada por la Unión. Constituye un factor clave de la cohesión económica, social y territorial, especialmente en lo relativo a la conectividad y accesibilidad con las regiones ultraperiféricas o insulares.
Lograr un acuerdo de paz en Oriente Medio, además de aliviar el drama de sufrimiento, horror y muerte, permitiría mantener la actividad comercial más amigable con el medio ambiente, el transporte marítimo. Esta actividad está en permanente proceso de mejora de la contaminación por parte de la Organización Marítima Internacional, que actualiza regularmente el convenio MARPOL. El mar es una inagotable fuente de riqueza, un tesoro gratuito y de todos a preservar.