Nosotros somos hijos de la Guerra Mundial que ganaron los aliados. ¿Y si no hubieran ganado? ¿Habrían sido los perdedores tan malos? ¿O los vencedores tan buenos? Cuando yo era pequeño, todas las películas de la guerra ridiculizaban a los alemanes. ¿De verdad eran tan tontos? En los westerns, los indios siempre eran los malos. ¿De verdad eran tan perversos? Hay quien dice que los colonizadores los esclavizaron y redujeron a la nada. Pero lo dicen ahora, cuando ya ha pasado mucho tiempo. ¿Saben lo que creo? Lo que decían mis padres, que en una guerra no hay vencedores ni vencidos. Leonard Cohen decía que hay una guerra entre los ricos y los pobres, entre los hombres y las mujeres. De hecho, hay una guerra entre dos humanidades. Ahora mismo la hay en Gaza y también en Ucrania.
No hemos aprendido nada de las destrucciones, aniquilaciones, vejaciones, ferocidades ancestrales. Ucrania agoniza, Palestina está siendo borrada del mapa. Quien gane, bien fútbol. Lo que es seguro es que perderemos todos. La desolación se ceba en las tumbas anónimas. Los mausoleos podrán tener inscrito el nombre de los vencedores, podrán ser de mármol, con espléndidas esculturas y magníficos epitafios, pero serán tumbas igualmente, depósitos de podredumbre, depósitos de la verdad o de la mentira, y a lo mejor alguna tendrá el epitafio de Cruyff, y hasta se lo creerá, pero lo malo es que la vida no es un juego, no es un partido de fútbol, y por mucho que en algunos lugares se la desprecie, es lo mejor que tenemos.
1 comentario
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Gran article. Els treballadors de tot el món hem de conseguir superar la propaganda de l'oligarquia i agafar consciència. Que li importa a un rus un treballador ucraïnès? Res, igual que a Palestina. Només els rics entren en guerra