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Ya estaban tardando. Un gobierno de la derecha y la izquierda sin montarle un numerito con la cuestión lingüística. Era inconcebible. Ahora parece que la situación se reconduce. «Un total de 300 docentes se vienen organizando en defensa del catalán –que dicen está siendo atacado por el español. Promueven, de momento, la firma de un manifiesto de ‘Insumisión por la lengua', con el que llaman a la sociedad a promover el uso del catalán en los centros y a ‘desobedecer' las leyes que pretendan –dicen– reducir el uso del catalán en el ámbito escolar y atacan los derechos lingüísticos».

Ya los estamos viendo movilizarse. Más pronto que tarde saldrán a la calle en ‘manifa'. Quienes sean docentes lo tendrán más fácil. Bastará recuperar las camisetas verdes rotuladas con textos alusivos al asunto que tienen guardadas para las ocasiones en que precisen uniformarse.

En la red hay protestas porque «a la lengua ni tocarla…» La lengua catalana, claro; que funciona para un sector (o secta) de la sociedad, como algo sagrado situado por encima de la ley que se idolatra. Propugnando una desobediencia de las normas que pretendan modificar lo que les complace. No importa que la Constitución, proclame al castellano o lengua española como oficial (de obligación) del Estado. El catalán solo es cooficial en Cataluña y Baleares. (Y en Baleares debiera llamarse balear, o mallorquín, nunca catalán; pero los políticos de turno, en su momento, no supieron o más bien no quisieron hacerse fuertes en defensa del nombre. Los valencianos sí lo hicieron). La realidad de los últimos cuarenta y cinco años ha sido de desobediencia solapada de todo lo susceptible de ser desobedecido en ese ámbito. Actitud consentida incomprensiblemente por los distintos gobiernos, que, al no sentirse con coraje de resistir con la energía necesaria, simplemente han escondido la cabeza bajo tierra, como el avestruz. Habiendo sido la lengua una cuestión transversal, con gurús en prácticamente todos los partidos. Desoyendo, los fundamentalistas del idioma, incluso la exigencia de la UE de proteger a los hablantes en castellano. Por cierto: ¿Saben quiénes, en la Eurocámara, votaron en contra de proteger a los hablantes en castellano y de sancionar a quienes les acosen? Pues, los nacionalistas y los socialistas. Conviene recordarlo. ¡No tienen remedio!