Es habitual que el día de su muerte, Luis Alfonso lo homenajee con delicadas y sensatas palabras como estas de hace un tiempo: «Te fuiste hace equis años, pero estás más presente que nunca. Tus enemigos y unos traidores a la Patria no te olvidan, ni cesan de mencionarte». Qué bonito y qué sensación comprobar que el heredero de la inexistente corona francesa es incapaz de comprender que este país no es suyo, ni solo de los suyos, sino que existe una extensa diversidad y pluralidad, muy por encima de sus proclamas, que lo enriquece aún más.
Sin alejarnos de este personaje, es curioso que ame tanto a su país pero reclame el trono de Francia. ¿O simplemente se trata de aspirar al poder y da lo mismo dónde sea? ¿O es que tanto título nobiliario le ha afectado? En el fondo, cuando lees tantas estupideces como estas, uno puede llegar a creer que está inmerso en una película carca y en blanco y negro, a la que habría precedido el popular Noticiario Español, más conocido como NO-DO, cuyo destino era manipular al gran público porque estaba bajo el control de la Iglesia, la Falange, etc. Solo que el discurso de Luis Alfonso queda obsoleto por el color de la actualidad digital haciendo válido aquello de que aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Habida cuenta del retraso de su discurso, tal vez algún día se anime de verdad y se instale en Francia para reclamar lo que él considera suyo. La guillotina está en desuso pero nunca se sabe si la van a poner en funcionamiento de nuevo.
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