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La ciudad de Ámsterdam ha establecido medidas radicales para contener el número de visitantes. Ha vetado la apertura de nuevos hoteles en el centro, prohibido los cruceros, prohibido fumar marihuana en la calle, promovido campañas contra el turismo de excesos y tiene la tasa turística más alta de Europa, el 12,5 % del precio del alojamiento por noche. Esta política de «no al exceso de turismo, no a los nuevos hoteles y no más de 20 millones de pernoctaciones de turistas al año» contrasta con la iniciativa del Gobierno de Egipto, que ha trazado un plan para duplicar el número de turistas que recibe hasta llegar a 30 millones en 2028. Pretenden captar inversión internacional con facilidades fiscales para conseguir duplicar las 250.000 plazas hoteleras actuales, así como ampliar sus aeropuertos, hacer crecer Air Egypt y mejorar las conexiones terrestres entre las principales ciudades. Son la cara y la cruz del sector turístico en la época actual.

Estos dos ejemplos, separados por varias páginas en un mismo suplemento Dinero, son el reflejo de la situación actual. Dentro de la gran variedad de destinos turísticos y de la diferente situación socioeconómica de cada región o país, se pueden establecer dos categorías: los destinos en desarrollo, con una previsión de crecimiento tanto en infraestructuras como en demanda, y los destinos saturados, que han llegado al límite de su capacidad deseada.

Albania es otro destino con potencial e intención de crecimiento. El país, que no llega a los tres millones de habitantes, está consiguiendo aumentar de forma significativa la inversión extranjera directa en innovación, tecnología y turismo. Un ejemplo de ello es Meliá Hotels International, que cuenta ya con cuatro hoteles en el país y pretende abrir 15 más para convertirse en la hotelera con mayor presencia en el destino. Por su parte, Arabia Saudí recibió a 27 millones de turistas en 2023 y pretende alcanzar los 70 millones en 2030. Y Catar, que superó los cuatro millones de visitantes en 2023, pretende llegar a los seis en 2030. En todos los casos, la sostenibilidad es un eje prioritario de su estrategia de crecimiento.

Mientras que en el lado de los destinos saturados, los ejemplos son numerosos: Roma o Venecia en Italia, Rodas o Santorini en Grecia, Dubrovnik en Croacia, Barcelona… por no decir Mallorca. Los problemas de masificación no se circunscriben tan solo a Europa, sino que también los han padecido en determinados enclaves de Tailandia, Indonesia, Filipinas, el Machu Picchu en Perú…

El equilibrio entre un extremo y otro se antoja difícil en un 2024 en el que se espera la plena recuperación del turismo internacional tras la pandemia con un gran incremento de los viajes de larga distancia.