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La cantante Madonna, pecadora irreverente cuando era niño y ahora un angelito de la caridad al borde de la jubilación, cantaba en los ochenta ‘La isla bonita’, una canción que podría estar perfectamente inspirada en Mallorca. Bueno, en la Mallorca presaturación, porque a la actual no nos dedica una letra ni Georgie Dann. Aunque también es verdad que el risueño cantante de ‘El chiringuito’ lo tendría un poco complicado porque nos dejó para siempre en 2021. Pero como era incombustible, siempre podría componer desde el más allá su último gran éxito del verano: ‘El muertecito, el muertecito’. Sea como fuere, ahora algún rapero con pesadas cadenas en el cuello y cara de malote se puede inspirar en la degeneración mallorquina, que es un filón inagotable. Y recrearse en la crisis habitacional, cuando estamos a punto de alquilar baldosas de habitaciones: «Oportunidad única. Suelos de gres. Carpintería de norte. Vistas al polígono de Son Castelló. Por sólo 1.800 euros al mes puede dormir de pie en la quinta parte de un cuarto compartido, en un sexto piso sin ascensor. Eso sí, si se desploma, agotado, pierde la fianza. El baño común está en el edificio de enfrente». O inspirarse en los sablazos bíblicos de algunos restaurantes pijos de la Isla: «Caballero, le traigo la cuenta. Serán 925 euros, sin la propina. ¿Pero si sólo hemos pedido una paella negra para tres? Sí, pero recuerde que le damos la posibilidad de pagarla en 12 cómodos plazos. Gentileza de la casa». Concluimos, pues, que Madonna podría estar revisando el título de su canción icónica. Para actualizarlo por este: ‘La isla carita’.