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El pasado domingo me encontré con Alina Quast de Die Welt para hablar de la situación actual que tanto preocupa y trasciende más allá de nuestro mediterráneo. La convocatoria, con cierta intención, fue en s’Arracó que todavía mantiene la vibración que debió experimentar mi abuelo, Juan Franch Socías, cuando estuvo destinado de maestro nacional hasta que el municipio se incorporó a Andratx. Alina, que llega a mi gracias a Aresou Leisdorff del Bild que tan bien conoce el territorio comanche de la Playa de Palma. Las preguntas no difieren de las que nos hacemos aquí: si los turistas son culpables de todo, si el extranjero que compra en Mallorca es el enemigo público, si las carreteras llenas nos molestan, si el precio de la vivienda no deja de subir. La búsqueda de soluciones y la valoración crítica de tanto ruido aparecen en algunas de mis sugerencias y respuestas y también las reflexiones ante unas manifestaciones que tienen en vilo tanto a locales como a visitantes. Ella también ha hablado con otras personas e incluso ha visitado el asentamiento de caravanas en Son Güell así que los inputs son muy diversos y yo le planteo la falta de una previsión o gestión política eficiente desde hace décadas. Algo tan sencillo como culpar al turismo de todo, lo que considero una visión simplista y fácil para no querer abordar otros asuntos que nos están poniendo contra las cuerdas como puede ser la sobrepoblación. Me pregunto si es más fácil ver los problemas desde fuera y no desde esta presión brutal que nos está superando a todos con independencia de la perspectiva económica o política que cada uno pueda tener. Luego, y allí incido bastante, están muy presentes unos principios y un ordenamiento jurídico que ningún partido puede disponer a su antojo y que también se han visto muy tocados por unos tiempos modernos que pretenden ser rebeldes y están resultando caóticos. Una conversación que se extiende mientras la quietud arraconera le lleva a confesar a la reportera que ella ha disfrutado esa vida de pueblo gracias a una vivienda turística. Un modo y ritmo de vida que marca un camino frente al de las zonas tradicionalmente enfocadas al sector que nos permite sufragar subsidios, hospitales excelentes o universidad donde los estudios de turismo deben mantenerse como punteros y líderes. Me despido de Alina sabiendo que los alemanes de las islas tienen unos narradores fantásticos a través del Mallorca Magazin que lidera Alexander Sepasgosarian y que a pesar de su apellido es tan mallorquín como cualquiera de nosotros (igual que el añorado y respetado Bernd Jogalla). Y es que la vida, a menudo, es como nos la cuentan o como la queremos ver. Y yo -en estos tiempos de odio y de constante enfrentamiento- quiero mandar mensajes de esperanza y de confianza ante tantos retos que tenemos que solventar.