Es frecuente escuchar a medios de comunicación, políticos y empresarios hacer alabanza y promoción de la investigación científica y tecnológica, el famoso I + D + i (investigación, desarrollo e innovación). No trataré aquí de argumentar una oposición a la ciencia o a los descubrimientos, y menos al conocimiento o al intelectualismo, pero sí de apuntar que tanto frenesí investigador puede que no sea solución a nada.
Cabe señalar en primer lugar que buena parte de la investigación corre a cuenta de grandes multinacionales, cuyo objetivo no es precisamente el bienestar humano, sino el beneficio. Así, se inventan vapeadores de nicotina, automóviles más veloces, nuevos químicos alimentarios o armas más mortíferas. La carrera científica no es neutral. Además, casi toda la I + D suele llevar a desarrollos que conllevan un consumo creciente de energía y materiales, y por tanto mayor contaminación y residuos.
Incluso en las universidades, el antaño prestigioso título de profesor es hoy casi nada, ya que la docencia es sospechosa, cuando no un castigo, y un docente no es nada si no es además, y de forma preferente, investigador. Ello conlleva la proliferación de trabajos académicos hueros e inanes. Además, muchas universidades trabajan para grandes empresas en forma de encargos y patrocinios, con lo que volvemos al punto anterior.
Conviene no confundir avanzar en el conocimiento con la manipulación creciente de la naturaleza. La actual fiebre por el cambio, tan propia de la Edad Moderna, no es la solución a todos nuestros problemas, sino una huida hacia delante; de hecho, el desarrollo irreflexivo de la tecnología nos ha traído muchos de ellos.
Cuando se trata de otras investigaciones, menos rentables, aquellas que, por ejemplo, señalan la desigualdad social creciente o los destrozos medioambientales, reciben menos fondos, menos atención y sobre todo menos aplausos. En realidad, muchos de los remedios a nuestros problemas materiales y sociales ya fueron descubiertos y formulados hace tiempo, pero esa investigación de recuperación tampoco suscita gran interés. Al I + D cabe anteponerle la fórmula - P + - C: menos producción y menos consumo, y lo demás se nos dará por añadidura.
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