Reflexionando sobre el espectáculo del jueves 8 de agosto en Barcelona, paseo Lluís Companys, cuyo actor principal fue el prófugo Carles Puigdemont, me asaltaron la memoria varios pasajes de Los Miserables; la monumental novela romántica de Victor Hugo, cuyo protagonista, Jean Valjean, era un superhombre, valeroso, de una fuerza física descomunal y también de una gran fortaleza moral, que las circunstancias de la vida le llevaron a ser también prófugo de la justicia más de media vida. Mas Jean Valjean es buscado sin cesar por el inspector Javert, un sabueso obstinado en capturarle. Fueron sendos acontecimientos que se me hicieron presentes cruzándose en la corriente de mi consciencia. Fugitivos ambos de la justicia, pero en unas circunstancias diametralmente diferentes. Puigdemont, después de declarar la independencia de Cataluña y mantenerla durante 56 segundos, de los cuales 44 fueron en forma de república, emigró de España para no responder ante la justicia. Pasó a vivir en Waterloo, en una casa que la llaman desde entonces, de la República, es de suponer que ‘tot pagat’ (todo pagado) como hace más de un siglo explicó Francesc Pujols que era de verdad lo que han deseado siempre los catalanes. Anhelo que Jesús Laínz confirma en su libro El privilegio catalán.
La pasión de lo imposible
Palma23/08/24 0:30
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1 comentario
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Amb bon mallorqui deim "nomes xerra de merda es qui en va untat" No he vis cap comentari contra es teus i motius ni ha. Primer fes net a ca teva i despres xerra des veinat!!!!