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Vivir en Baleares se ha convertido en un auténtico drama. El precio de la vivienda es inasumible y los mal llamados «pisos patera» empiezan a proliferar. Comprar una casa en Palma es inviable para la mayoría de los ciudadanos. Se pagan cantidades astronómicas, hasta medio millón de euros, por un inmueble que hace unos años no llegaba ni a los 200.000, mientras que la opción de alquilar también es impensable, porque se están pidiendo cantidades astronómicas, con unas condiciones draconianas. Se pensó en la opción de reformar locales comerciales, pero se ha visto que, una vez finalizados, sus propietarios piden en torno a los 1.500 euros mensuales, una cifra muy alejada del poder adquisitivo de los trabajadores. No hay otra solución que la construcción urgente de vivienda pública por parte del Govern, que no afronta de una vez por todas este gravísimo problema, que lleva a muchos jóvenes a plantearse la posibilidad de emigrar a la Península. Y quien dice jóvenes, dice médicos, enfermeras, policías, profesores…, con la gravedad que ello conlleva.