Conde Pumpido, respondiendo a las críticas generalizadas de ser un satélite de la Moncloa, en el discurso de la toma de posesión de un nuevo magistrado en el TC que preside, ha tenido la desfachatez de revindicar su independencia, así como la legitimidad democrática de los nombramientos de sus magistrados y, como consecuencia, exigió el máximo respeto político.
¿Pretende este señor que la opinión pública calle, no ejerza su derecho a la libertad de expresión y no critique su gestión ante los desafueros que el Tribunal de Garantías constitucionales está cometiendo? Ha convertido el TC en el Tribunal de última instancia en una clara invasión competencial. La convicción generalizada en la ciudadanía es que cualquier sentencia del TS que pueda perjudicar al Gobierno, la sedicente mayoría sanchista del TC (7-5), desautorizará a los magistrados de aquel Tribunal y la convertirá en favorable al «puto amo» (Puente dixit).
Es lo que pasará con la opinión del TS, que ha considerado inaplicable la amnistía a los principales líderes de la sedición. O lo que el TC ha perpetrado con el fraude de los ERE, eximiendo de culpa a la cúpula política, precisamente a quienes proyectaron un sistema corrupto de reparto clientelar, permitiéndoles presentarse ahora como víctimas de unos jueces cegados por su ideología conservadora.
Con esta sentencia desacredita a magistrados y fiscales por haber perseguido y condenado delitos carentes de todo soporte constitucional. Y tiene el descaro de decir en su discurso que el TC se dedica en cuerpo y alma a asegurar que la Constitución presida la vida nacional y es el guardián de la libertad.
La hemeroteca le traiciona. Cuando saltó a los medios el escándalo de los ERE le preguntaron y dijo: «Llegaremos hasta el final y los que hayan delinquido serán acusados, y procuraremos que sean condenados y que cumplan sus penas». También, como su jefe, ha cambiado de opinión.
A estas alturas no cabe duda sobre su falta de independencia y de su afinidad política con el Gobierno de Sánchez ni de que está ahí para rescatar a su amigo el presidente de sus iniciativas legislativas inconstitucionales y de las acusaciones penales que se ciernen sobre su entorno familiar y del partido.
5 comentarios
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Excelente artículo. El régimen del 78 no da más de sí, está agitado. Ha devenido en una partitocracia intolerable de la que Sánchez y el PSOE son su excrecencia, la más lograda sin duda. Los partidos son mafias delicuescentes que lo han colonizado todo, lo han comprado todo, lo han comercializado todo y no han dejado nada a salvo. Los partidos no van a renunciar a nada salvo que los ciudadanos se lo exijamos. No puede esperarse que ellos renuncien al poder que acumulan.
No vi quejarse al articulista cuando el TC tenía mayoría conservadora con el misterioso M.Rajoy, Ni cuando en mismo TC tumbó el estatuto de autonomía catalán, prácticamente idéntico al andaluz, aprobado por mayoría en el parlamento, dando lugar al desastre en Cataluña... Tampoco se quejó cuando el PP secuestró 6 años el CGPJ... Ni cuando el PP se jactaba de controlar por detrás la sala segunda del tribunal supremo... Y tiene los bemoles de hablar de independencia judicial??!!
Tanmateix la justícia és incapaç de saber qui és el misteriós M.Rajoy de la caixa b del pp
El TC es dios cuando tiene mayoría conservadora y el diablo cuando tiene mayoría progresista. Otro fervoroso del atado y bien atado
Pel Sr. Delgado, els únics nomenaments de jutges acceptables, són els de la dreta….com si hi hagués molts jutges progressistes……fan riure tots plegats.