La hora de la verdad se acerca para los partidos isleños. Ante la venta de inmuebles a extranjeros, los restos de un pueblo ocho veces secular quedarán arrinconados en su propia tierra, comenzando por los jóvenes, teórico orgullo de nuestra nacionalidad histórica, que ya son parias expulsados de su suelo ancestral. Recientemente, la izquierda isleña ha recibido otro duro golpe al saberse que un dirigente de Més, Jaume Alzamora, ha vendido su casa de Artà a una alemana. Y lo más doloroso ha sido la vehemente protección de esta compraventa por parte de Lluís Apesteguia, por el momento líder indiscutido de la formación. Durante años, Més ha defendido medidas para evitar el tráfico de inmuebles hacia extranjeros. Por eso ha herido tanto escuchar a Apesteguia justificando lo contrario de lo que ha predicado. Esta actitud hasta cierto punto cínica daña de lleno los principios fundacionales de la izquierda, que se habían mantenido esencialmente inalterables a lo largo de las décadas y que ahora, en Balears, parecen arrinconados sin remedio.
La Segunda Tesis
Palma30/09/24 0:30
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2 comentarios
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És fonamental separar la vida personal de les decisions polítiques. Criticar Alzamora per vendre ca seva a una estrangera és un atac personal més que un argument sòlid sobre les seves polítiques. Cada persona té dret a prendre decisions sobre la seva propietat personal sense que això necessàriament contradigui les seves creences polítiques.
Cínic, un vocable que defineix perfectament l'aptitud i conducta de Apestenguia.