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Aunque todavía se siguen numerando, ya no hay jornadas de Liga. Las jornadas futbolísticas se extienden a toda la semana, todos los días, de diversas competiciones, como los conflictos políticos o bélicos, las campañas electorales, las temporadas turísticas y las majaderías en general. Todo se extiende a todo, se expande como el universo, el calendario (las exigencias del calendario), los eventos, las noticias, las diatribas, las redes, las plataformas y las propias pelis, cuyas franquicias posteriores y versiones extendidas no terminan nunca. Nos hemos vuelto muy cuantitativos, como internet. Que haya más de todo es el mandato capitalista, la gran solución para rentabilizar. Más partidos, más turistas, más leyes, más beneficios. Lo que sea, pero más, siguiendo el modelo teórico de la inflación cósmica en los inicios del Big Bang. Tal como está el mundo, yo hoy no tenía ganas de hablar de cosas importantes, no me apetece, así que aprovechando el buen momento del Mallorca pensé en el fútbol. Los resultados de la jornada. Pero qué jornada, si debido a la inflación cósmica mencionada eso ya no existe. Menos mal que hace años que me quité del fútbol, precisamente por haberse convertido en algo cuantitativo y transcendente, porque si aún fuese seguidor no entendería nada, menudo lío. Me crié con las jornadas dominicales y el marcador simultáneo (¡simultáneo!), que luego ya se extendieron a los sábados (partido adelantado), pero que aún mantenían las formas, las jornadas y la narrativa del minuto y resultado. Incluso se sabía qué competición estábamos jugando, y no este amasijo inflacionario de campeonatos entrelazados. Qué desorden. Y a diario, decíamos. Esta expansión futbolística ha provocado una curvatura espaciotemporal gravitatoria, y como ahí interviene el principio de indeterminación de Heisenberg, si sabes qué partido se está jugando no sabes de qué campeonato, y si conoces la jornada, ignoras el resultado. Pero como lo que pasa en el fútbol pasa en todas partes, y de todo tiene que haber más, ya no puedo hablar de la jornada y me quedaré con las ganas de hacer un párrafo intranscendente. Vale, todo tiene que expandirse, el espacio-tiempo se abolla por el peso de los contenidos. No existen jornadas, ni resultados finales. Pero qué es lo que se expande.