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La pandemia de la COVID-19 ha marcado nuestras vidas, sin duda, pero la verdadera pandemia del siglo XXI son los problemas de salud mental. Según las cifras oficiales, en el ejercicio 2023 unas 213.000 personas, más del 17 % de la población balear, se estaban medicando por este tipo de patologías. La cifra es escalofriante y, desafortunadamente, no para de crecer. Si se toma como referencia el ejercicio 2019, un año antes de la crisis sanitaria, se ha disparado un 30 %.

Aunque afectan a una parte muy amplia de la ciudadanía, en cierto modo siguen siendo un tema tabú, que no cuentan con la atención y los recursos necesarios para darle una solución. Es cierto que en los últimos años se está hablando más de este asunto. La intervención del diputado de Más País, Íñigo Errejón, en 2021 en el Congreso fue clave: cuando defendía la importancia de cuidar la salud mental un diputado del PP le gritó «vete al médico». Esto provocó el apoyo de la Cámara a Errejón, incluidos los ‘populares’; al tiempo que tuvo una gran repercusión en las redes sociales. Además, cada vez es más habitual que deportistas, cantantes, etc. reconozcan públicamente que padecen esta problemática, que puede afectar a cualquier persona. Sin duda, que se hable de ello es muy positivo, ya que pone de manifiesto que se puede superar.

Otro dato preocupante es que la edad de los afectados está bajando: niños y adolescentes también la padecen. La parte positiva es que ellos tienen mayor predisposición a expresar sus sentimientos, probablemente porque se está empezando a normalizar; esto facilita su superación. Afortunadamente, los colegios de las Islas ya cuentan con psicólogos y políticos de diferentes instituciones reiteran constantemente que la salud mental es una de sus prioridades. Ojalá se materialice y pronto veamos los resultados.