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Mi idea sobre la ecotasa cambió cuando durante varios años apenas he escuchado a los hoteleros de Mallorca protestar por el impuesto turístico creado de nuevo en 2016. Ante el silencio de los empresarios hoteleros, o más concretamente de sus representantes, empecé a pensar que igual este impuesto no era tan malo para la competitividad y que realmente no afectaba a la llegada de los turistas a Balears. Los datos han confirmado que los turistas no han dejado de venir a las Islas por pagar un par de euros al día por alojarse en los hoteles de las Islas. Parecía que el debate sobre la ecotasa estaba superado hasta que hace una semana los hoteleros de Mallorca mostraron su indignación por el incremento de la tasa en los meses de junio, julio y agosto anunciado por Prohens. Dicen ahora que no creían que el «Govern amigo» se atreviese a tanto después de haber callado durante años con la ecotasa, no fuese que Negueruela se enfadase y algún empresario fuese inspeccionado.

De hecho, es preciso destacar que los hoteleros intentaron influir (o al menos estar al corriente) en el nombramiento del nuevo conseller de Turisme del «Govern amigo», pero evidentemente no consiguieron nada. Es difícil que el equipo actual de la Federación Hotelera de Mallorca que se despide en diciembre pudiese influir en el gobierno actual tras haber hecho de palmeros de Armengol y Negueruela durante años. Recuerdo perfectamente que coincidí con los dirigentes de la patronal hotelera en una feria en Berlín. Después de hacerse fotos y fotos con Armengol en el Dia de Balears, los dirigentes patronales se limitaron a criticar al entonces líder del PP, que también estaba presente en Berlín. Las críticas al Govern de Armengol solo se produjeron el día después de las elecciones de 2023, como todo el mundo pudo comprobar con mucha vergüenza ajena. Criticar al Govern saliente el día después de las elecciones es como jugar a la quiniela cuando se han jugado todos los partidos. No tiene mérito. Durante estos años hasta las patronales de Ibiza se sorprendían y avergonzaban ante la sumisión de sus compañeros de Mallorca con el supuesto Govern «enemigo» de Armengol. Si hubiese sido por la patronal hotelera de Mallorca Prohens no hubiese sido hoy presidenta. Para luego pretender influir en sus decisiones.