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Cuál de estas dos frases es más cínica y amoral?

«Tenemos 200 presos y tienen que salir de la cárcel. Si para eso hay que votar los Presupuestos, los votaremos sin ningún problema». Arnaldo Otegui, líder de Bildu, en 2021.

«Las circunstancias son las que son y toca hacer de la necesidad virtud. La ley de amnistía es la única vía posible para que haya un gobierno y no una repetición electoral» Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, el 15 de noviembre de 2023.

Otegui es muy cínico, pero consecuente. Lo suyo es la ruptura del país para conseguir un País Vasco independiente y socialista, o comunista. Votar los presupuestos contribuye a que Sánchez siga gobernando y, como acabamos de ver, haya cada vez menos terroristas condenados en la cárcel.

Sánchez es amoral, pero no lo oculta. Quiere seguir en la presidencia del Ggobierno y si hace falta desmentirse a sí mismo, negarse tres veces, olvidarse de lo que afirmó con toda solemnidad («con Bildu no vamos a pactar y si quiere se lo repito cinco veces») pues se hace y ya está. Para Pedro Sánchez nada es bueno o es malo. Ningún criterio moral ni siquiera histórico guía sus pasos, todo depende de la necesidad del momento. Una de las grandes diferencias entre Sánchez y Otegui es que Sánchez sí tiene la obligación de mantener un país unido y un Estado integrado y no destrozarlos a su antojo.

Su único interés es garantizarse el voto de 7 diputados de Junts y evitar que la derecha gobierne. Todo vale para tan noble objetivo. ¿Hay que negar lo que obviamente existe? Pues se niega sin pudor. ¿Hay que contradecirse? Ningún problema, solo es un cambio de postura. ¿Hay que jugar al republicanismo y poner en peligro la Corona? Pues adelante, que la Monarquía sobra. Por cierto, ¡qué débilmente ha defendido el gobierno al Rey en la crisis con México, permitiendo que aliados suyos boicotearan la decisión gubernamental de no enviar representación!

Como decía Jorge Dezcallar el martes pasado en el club de Roma, resulta que ahora España tiene conflictos diplomáticos importantes con 5 países: México, Argentina, Venezuela, Israel y Argelia. Algo muy delicado y difícil de gestionar.

Acabamos de asistir a otro ejercicio inmoral del Gobierno, eso sí, con la involuntaria y bochornosa complicidad de la oposición del PP que por lo visto no se lee a fondo lo que tienen que votar sus diputados. Jugar al escondite con una ley para «colar» algo que satisface a Bildu pero que se ha camuflado en un texto farragoso para que pase inadvertido es un fraude, un engaño que debería avergonzar a quien lo ha programado.

¡Qué más da! El fin principal lo justifica todo.