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En un mundo donde las injusticias a menudo quedan relegadas al silencio, hoy me alegra poderles contar que el Consell de Mallorca sigue haciendo historia en materia de solidaridad de la mano del presidente Llorenç Galmés y de su equipo, atendiendo los problemas de la gente por encima de intereses ideológicos.

¡Esa es la verdad, sin más! Un estilo de hacer política basado en hechos, evidencias y cumpliendo con lo que se dice. Algo que contrasta con la falta de credibilidad a la que nos tiene acostumbrados el presidente de España, Pedro Sánchez y sus allegados, con sus «cambios de opinión» repentinos y ya normalizados.

Hoy es noticia el apoyo del Consell de Mallorca a la causa saharaui, un conflicto arraigado desde que Marruecos llevó a cabo la Marcha Verde en 1975 y ocupó lo que era entonces una colonia española. Hasta ahora había consenso en la postura de España, trascendiendo ideologías políticas e intereses económicos. Fue así hasta 2022, tras la carta que Pedro Sánchez entregó al rey de Marruecos, en la que expresaba su apoyo a una autonomía para el Sáhara Occidental dentro de Marruecos. Una posición inaceptable, tomada de forma egoísta, sin consenso y que ni compartimos ni entendemos.

En el Partido Popular se tiene muy claro cuál es la posición, se actúa con firmeza y con hechos. Hace unos meses fue en el Congreso exigiendo a través de una PNL, que se ganó: el retorno al consenso político en este conflicto. Estos días, ha sido nuestro presidente Galmés, que también tiene muy claro de qué lado está.

El talante solidario del presidente del Consell de Mallorca se ha hecho efectivo, compareciendo ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en un acto de valentía y compromiso de apoyo al pueblo saharaui, exigiendo el cumplimiento de las resoluciones internacionales e instando a la ONU a que se implique de forma real y efectiva.

A diferencia del Gobierno socialista, que ha mostrado falta de compromiso en la búsqueda de una solución justa, Galmés alza la voz con una propuesta clara: la celebración de un referéndum que permita al pueblo saharaui decidir su propio futuro. Este enfoque, respaldado por la ONU, es un paso fundamental hacia la autodeterminación y la paz.

Reivindicaciones que no solo se nutren de palabras. Prueba de ello es que con Galmés al frente de la institución insular, el compromiso se ha reforzado con hechos, anunciando recientemente la aportación económica de 75.000 € extraordinarios a la asociación Amigos del Pueblo Saharaui de las Islas Baleares, organización que ha permitido una gran conexión entre Mallorca y el Sahara Occidental desde los años 80.

Estas ayudas permiten llevar a cabo proyectos humanitarios vitales y responder a emergencias de miles de familias sin hogar. Además, se han establecido lazos de cooperación y amistad con las comunidades saharauis, fomentando el intercambio cultural y la sensibilización sobre su realidad. Así, el Consell de Mallorca se convierte en un referente en la defensa de la autodeterminación del pueblo saharaui, mostrando que la solidaridad y el apoyo a los derechos humanos son valores esenciales en la política local.

Estos hechos muestran no solo una postura ética, sino también generan un impacto positivo en la vida de los saharauis, reafirmando la importancia de la justicia y la paz en la región.

Como diría mi amigo saharaui y sabio Abdallah: «El que no vive para servir no sirve para vivir», tomen nota y reflexionen.