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Sinceramente, algunos políticos nos toman por tontos. Así lo ha puesto de manifiesto esta misma semana el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuando ha anunciado 200 millones de euros para ayudar a pagar el alquiler a los jóvenes. Lo hizo a bombo y platillo, como si fuese la herramienta que pondría fin al calvario que tienen que pasar muchas personas en España para poder tener un techo bajo el que vivir.

Nada más lejos de la realidad. Se trata de la prórroga de unas ayudas ya existentes, que durante este tiempo han demostrado su ineficacia. Sus propios socios de gobierno, Sumar, así lo han manifestado. En este sentido, han denunciado que incluso han provocado un encarecimiento de las rentas, puesto que hay propietarios que se quieren aprovechar de esos 200 euros.

El problema de la vivienda es uno de los más importantes que tenemos en estos momentos. Es un auténtico drama: jóvenes que no pueden independizares, familias que tienen que alquilar alguna de las habitaciones para poder pagar el alquiler o la hipoteca, divorciados que tienen que seguir conviviendo porque no pueden pagarse otro piso...

Algunos expertos aseguran que se está gestando un nuevo 15-M y ponen como las manifestaciones que se celebraron el pasado domingo y las que se están convocando sobre este asunto.

El globo sonda que lazó Sánchez el lunes no hace más que empeorar la situación y crispar los ánimos. La vivienda tiene que tomarse como un tema de Estado, en el que las diferentes administraciones tienen que ir de la mano. Este pasado jueves el Govern y el Ejecutivo autonómico dejaron claro que, si quieren, pueden hacerlo. El IBAVI rehabilitará 55 viviendas de protección en Palma con fondos propios y una aportación del Ministerio con fondos europeos.