Una vivienda vacía es un gasto considerablemente alto para el propietario. En primer lugar, debe pagar el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). También paga cada año la tasa de recogida y eliminación de basuras y residuos sólidos urbanos, aunque no saque ni una sola bolsa. Se presupone que paga el mínimo de luz, gas y agua, puede que también abone un seguro del hogar. En el caso de propiedad horizontal, no se escapa de gastos comunitarios y derramas. Debe hacer periódicamente tareas de mantenimiento. Y también se paga la imputación de rentas, que consiste en una cantidad -el 1,1 % o el 2 % del valor catastral de la vivienda, según la casuística- que se suma a la base imponible del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) de propietarios o titulares de bienes inmuebles diferentes del domicilio habitual por su «derecho real de disfrute», es decir, a pesar de que la casa no está alquilada ni está afecta a actividades económicas. ¿Por qué alguien está dispuesto a asumir tal cantidad de gastos cuando podría ganar sumas considerables alquilando la propiedad a los precios de mercado actuales, contratando un seguro de impago y escogiendo a dedo al arrendatario?
Viviendas vacías
Palma25/10/24 4:00
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1 comentario
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Hem de dedicar aparthotels a vivenda pels residents. Les cases buides no són la solució. El problema és que hi ha massa propietari no resident que convida als "amics" i aquests li paguen en negre al país d'origen. És a dir, esppeculació i lloguer vacacional ilegal