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«Con mis tres propiedades no tengo ni para pagar la mitad del chalet de Galapagar». Así respondió la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, a la líder de Podemos, Ione Belarra, que calificó a la socialista de «rentista» por tener tres inmuebles alquilados. Por su parte, la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, acusó al Ejecutivo de Pedro Sánchez de no estar haciendo todo lo posible para solucionar el problema de la vivienda en España. Estas declaraciones son, si cabe, aún más sorprendentes porque la vicepresidenta forma parte del Gobierno al que critica y es corresponsable de las decisiones que adopta.

El problema de la vivienda es uno de los más difíciles que tiene España y la solución es muy compleja, especialmente en comunidades como Balears. Al ser islas tenemos en handicap de la limitación del suelo, lo que se complica aún más por el interés que despierta en los inversores extranjeros. El buen clima y la belleza del Archipiélago balear motivan que muchas personas quieran comprar una casa aquí, ya sea para vivir, venir de vacaciones o para alquilar.

Esto ha disparado tanto los precios de venta, como los de alquiler, que para muchos baleares es prácticamente imposible acceder a un hogar. Miles de proyectos de vida se están viendo truncados por esta circunstancia.

Si la situación ya era compleja, el miedo de algunos propietarios a la okupación está motivando que saquen sus viviendas del mercado del alquiler de larga estancia; lo que reduce, aún más, la oferta.
Sin lugar a dudas, la solución no es fácil. Lo que si es evidente es que ésta no pasa porque los partidos de la izquierda se enzarcen y entren en disputas por este asunto. El problema de la vivienda requiere políticas de Estado y consensos entre los partidos y las diferentes administraciones.