Enfrentar y crispar
El odio se ha instalado en nuestra sociedad, cada vez más enfrentada. Se ha perdido el respeto a los demás e insultar es fácil y sale gratis. Tragedias como la vivida en Valencia, con más de dos centenares de muertos, deberían servir para unir a los ciudadanos y para que los políticos dejen aparcadas sus diferencias y aúnen esfuerzos para ayudar a los afectados, pero no, ni siquiera sucesos tan luctuosos son capaces de evitar el enfrentamiento. Durante estos días tristes, he leído y oído como se acusaban unos a otros, como se culpaban mutuamente de lo sucedido, como se insultaban, como crispaban cada vez más a una sociedad ya de por sí bastante crispada porque, al parecer, derribar al contrario es más importante que el apoyo a los ciudadanos que lo han perdido todo. Y por si esto no fuera suficiente, algunos miserables se han dedicado a difundir bulos solo para atacar al contrincante. Ya es hora de acabar con esta situación, con la ira y el rencor y pensar que el presente y el futuro son de todos y que colaborar es mejor que odiar.
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1 comentario
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No se equivoque; El odio lo plantó y abonó Rodríguez Zapatero, con su visión de la España buena (votante de izquierdas, por lo tanto "de los nuestros") y la España mala (votante liberal o de derechas, por lo tanto facha, fascista y heredero del franquismo) Desde entonces en España no hay votantes, hay forofos.