TW
0

El actual imperio anglooccidental no está dispuesto a aceptar la inevitable pérdida de su hegemonía absoluta. Y la locura de la financiarización -el gran especialista Dennis Small se refiere con frecuencia a los 2.000 billones de derivados financieros- exige ya una patada al Gran Tablero. Si tuviese que definir en una sola línea el gravísimo momento histórico por el que transita hoy la humanidad, sin duda lo haría con el titular de este artículo.

Hace doce años dediqué bastantes páginas, en el libro La hora de los grandes ‘filántropos’, a los análisis de Peter Dale Scott. Sobre todo, a lo que él llama «eventos ocultos». Y al Estado profundo que aparece siempre tras tales eventos. Hace décadas, este respetado investigador rechazaba la facilidad con la que se recurre a la etiqueta de teorías de la conspiración. Dejaba en evidencia que estos eventos ocultos son mucho más frecuentes de lo que la mayoría de nosotros queremos reconocer. Y que siempre han supuesto la victoria para el lobby guerrero-unilateralista (aunque el llamado Complejo Militar Industrial, sobre el que alertó el presidente Eisenhower, es solo un sector del gran lobby financiero). Victorias que han justificado las más extremistas acciones militares.

En cuanto a la realidad actual, es importante remarcar que, aunque la tipología de tales eventos es muy variada (desde aquellos que, inducidos por ‘los buenos’, fueron llevados a cabo realmente por ‘los malos’, hasta los de falsa bandera), siempre se los presenta como el único e incuestionable punto de partida antes del cual no hay nada relevante. Falso. Antes del genocidio ruandés de la primavera de 1994, hubo masacres masivas y sistemáticas de cientos de miles de hutus, tres magnicidios, etc. Antes de la agresión ‘no provocada’ de ‘El Putin’ a Ucrania, ¡la población étnica rusa ucraniana fue asesinada por el nuevo Gobierno rusofóbico de Kiev, infectado de neonazis, salido de la ‘revolución’ del Maidán! Antes del ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, Gaza era un enorme campo de concentración al aire libre, el sufrimiento del pueblo palestino era insoportable, etc.

Y tras estos tres eventos están sucesivamente el expolio de los escandalosos recursos naturales del Zaire/Congo, el plan de acoso a la Federación Rusa expuesto tan explícitamente unos años antes por la Corporación RAND y la limpieza étnica total de Gaza. Aunque la de Ruanda/Congo sea incomparablemente la mayor de estas tres grandes tragedias, nos queda muy alejada anímicamente. Así que hoy me limitaré a hacer dos breves alusiones a las otras dos.

En cuanto a la tragedia de Ucrania, la antirrusa agencia Efe publicaba lo siguiente el 26 de enero de 2022, un mes antes de la invasión ‘no provocada’ de ‘El Putin’: «El resultado, por el momento, es un conflicto armado [el del Donbás] que se ha cobrado ya más de 14.000 muertos, 30.000 heridos, 1,4 millones de desplazados y 3,4 millones de personas necesitadas de ayuda humanitaria».

En cuanto a la tragedia de Gaza, lo desvelado por Thierry Meyssan -al que analistas tan relevantes como Alfredo Jalife califican como el más importante investigador y analista mundial-, es ciertamente inquietante: las responsabilidades, pasivas y activas, por parte del Gobierno de Netanyahu en la organización del ataque del 7 de octubre son muy graves. Así lo recogí al inicio de mi reciente libro, ¿La humanidad va hacia el Armagedón? ¿O hacia la plenitud del Punto Omega?