Es –y será– precisamente este último punto el más grave e irrecuperable. Los Estados Unidos (y desgraciadamente demasiados otros países) han votado por el más absoluto negacionismo climático justo tras ser golpeados por huracanes como Kirk y Milton, y en el año en que superamos los 1,5 °C de calentamiento respecto a la era preindustrial (límite propuesto como infranqueable si queremos sobrevivir como especie) y batimos récords de CO2 en la atmósfera. Poco han importado a los votantes los enormes desastres climáticos que han asolado el mundo, y que se repetirán amplificados: inundaciones en Alemania y Bélgica en 2021; ola de calor en Reino Unido en 2022; DANA en Grecia, Bulgaria y Turquía en 2023 y terribles inundaciones este año en Europa central y del este, Italia y Valencia.
La victoria de Trump da alas a la extrema derecha mundial y con ello no sólo al retardismo climático (estrategia ya de por sí habitual en liberales, conservadores y socialdemócratas), sino al puro y duro negacionismo. Y cuatro años son muchos, muchísimos, cuando llevamos décadas de inacción ante el desastre medioambiental y cada día importa. Vivimos en una cuenta atrás y acabamos de perder cuatro valiosos años. Nos jugamos la supervivencia. Trump en el poder en estos momentos trágicos significa la tormenta perfecta, y casi con toda probabilidad implicará cruzar el punto de no retorno del calentamiento global. Cuesta entender semejante distorsión esquizofrénica entre política (o economía, según los propios votantes) y existencia. La reelección de Trump es una declaración de guerra al medio ambiente, y el medio ambiente somos todos.
2 comentarios
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La gente (si, gente, esa mayoría silenciosa que no sale a las calles a gritar, ni sale en las redes sociales a llamar facha y fascista a todo el mundo, la que representa la fuerza que da los gobiernos al virar a uno u otro lado su voto, ya que no son forofos de los partidos, sino GENTE con sentido común y con memoria) se esta cansando, y mucho, de la superioridad moral con la que hablan muchos partidos y de la que luego adolecen sus principales representantes, y el voto silencioso está deslizándose hacia opciones conservadoras, y solo por el hecho de ser un simple instinto de supervivencia. Solo hay que ver los resultados en el viejo continente y ahora en los USA. La mayoría de los ciudadanos empieza a no estar para bromas ni experimentos.
Otra vez usted, contumaz en el error y cabalgando la soberbia intelectual del siempre equivocado profesor. Acéptelo, usted no acierta ni haciendo una novena a la verge de Lluch. Imagínese cómo serán los demócratas yankis, cuando el pueblo (concepto político, que usted desconoce...) prefiere a Trump. A mi, personalmente, me importa poco, pero cuando veo que la gente del común, huye de una opción política, como la representada por la Sra. Harris será por algo. Quizás, están hasta los mismísimos de políticas woke, falsas y además fracasadas, talibanes del cambio climático (pendiente de falsación, según la concepción de Poper) pero todo el día en aviones oficiales, farsantes de lo políticamente correcto, que es otra forma de autocensura, y en fin, todo lo que representa la izquierda sectaria ( y caviar ), incompetente, corrupta, analfabeta funcional y bastantes cosas más. Mi querido sociólogo de guardia, cómo siempre, no se entera usted de nada y quiere meternos ideología en vena. En fin, que Trump le sea leve y ahí tiene usted la posibilidad de endilgarnos un montón de artículos más, quejándose de la estupidez mundial, la suya, no, la de los demás....lo ve? Trump también le beneficiarà a usted..