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Todavía recuerdo lo que me dijo una vez un alumno, me dijo: «Te vamos a cortar en pedacitos pequeñitos y te vamos a dar de comer a los cerdos». El que hablaba era un muchachote alto y corto de entendederas. Cuando a finales del primer trimestre le suspendí, se echó a llorar. Pero es que de inglés no sabía nada.

Entonces leí un chiste en El País en el que, tras varias pruebas, el profesor le decía a un alumno universitario: «Pero usted no sabe nada». Y él respondía: «Es que yo soy de la ESO». Otro día, una chica se levantó en plena sesión de la película The lord of the rings y me espetó: «¡Hasta las putas letritas están en inglés!». Se refería a que la película era en versión original con subtítulos en inglés. Al salir el director me criticó que les pusiera películas.

Años más tarde, ese mismo director, ya jubilado, se apuntó a clase de inglés para adultos y me dijo: «Nos ponen películas en inglés». Otra vez, el primer día de clase, se levantó un muchacho y empezó a gritar «¡Quiero irme a casa!» -Vull ‘nar a ca nostra!-. Era la última hora de la mañana. Le eché de clase y, al rato, el profesor de guardia me lo devolvió y me dijo que tenía que soportarlo. Años después me enteré de que se había convertido en futbolista. Mientras este gritaba, surgió otro espontáneo y se puso a dar vueltas a la clase soltando los jipíos propios de los indios en las películas del Oeste.

Un día que yo falté, el director estaba de guardia y lo agarró por el cuello. Entonces, le espetó: «A mí van a echarme», le dijo «pero tú vas a comportarte».

Mi primer destino como profesor de inglés fue un instituto de barriada en Badalona. El director me advirtió que fuera comprensivo con el alumnado porque sus familias pasaban muchas privaciones. Recuerdo que un chiquito me dijo: «Oiga, profe, lléveno a Barselona a vé te vi o no te vi, que mola». Entonces había unos cines que se llamaban de «arte y ensayo» y proyectaban To be or not to be, de Lubitsch. Ese mismo chico solía decirme: «Profe, póngano loj Bíter, que molan». Se refería a los Beatles. Otro día le dijo a la «profa» de catalán: «Oiga, profa, ¿loj Bíter no cantan en catalán, loj Bíter?».