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Primeramente, ante los desastres y víctimas en el levante español, quiero mostrar mi solidaridad con su sufrimiento. Ello nos debe servir de acicate para empezar ya a buscar y aplicar soluciones urgentes para prevenir el deterioro del territorio insular y su población. Hay que reconocer que lo que algunos ya preveíamos hace años, hoy se está empezando a aceptar por toda la sociedad isleña. Las soluciones al cambio climático deben pasar de la imaginación de nuestras mentes a la exigencia colectiva para que todos actuemos con presteza hacia nuestro futuro.

Al igual que los que tienen el poder económico lo están manifestando (ver el suplemento El Económico del 7 de octubre de este diario) explícitamente con sus anhelos y necesidades, con su compromiso con la sociedad en general. Ahora hace falta que el poder político las empiece a aplicar con rapidez y la urgencia que nuestro territorio y sociedad necesita.

El Govern de les Illes Balears no tiene ni el poder económico ni el político para poder afrontar estos retos ni sociales ni ambientales. La sociedad ha de responder sintiendo y apoyando la necesidad de tener un poder político propio y potente, sin ser independientes de España.

El poder central -’Madrid’- nos ha estado ahogando demasiado tiempo exigiéndonos más de lo que podíamos dar, por lo que, sin olvidar la necesaria solidaridad, debemos revertirlo. Sabemos que a cortísimo plazo, sólo tendremos que confiar en nuestro propio esfuerzo pues el de ‘Madrid’ está por ver y más después de la necesaria ayuda que necesitará el levante español, por eso, quiero hacer una pregunta sencilla, dirigida a personas, empresas y administraciones: ¿Debemos limpiar todos los torrentes de vegetación arbórea y a la vez aumentar sus cauces? No hay que olvidar que fueron los árboles y vegetación los que crearon los desbordamientos, debido al taponamiento de puentes y vías de comunicación que, al reventar, se convirtieron en furiosos ríos que, junto a edificaciones realizadas donde no debían estar, segaron la vida de muchas personas en Sant Llorenç y no es el único caso en nuestra historia más reciente. Por todo ello, me cabe hacer otra pregunta: ¿Es imposible hacerlo? Estoy convencido de que no es imposible si queremos hacerlo.

Debemos recordar lo que se hizo bien con el problema de los residuos, pues, a partir de 1999, por el impulso de Unión Mallorquina y después, con el consenso de todos los partidos del Consell y Govern, creamos, junto con la iniciativa privada (Tirme) el Parc de Tecnologies Ambientals de Mallorca y el Plan integral de Gestión de Residuos, lo que en toda Europa creían que sería imposible, pero Mallorca lo hizo posible en tan sólo cuatro años, tanto técnica como socialmente y que después de más de veinte años sigue siendo el más avanzado de Europa. Cuando queremos, ¡todos juntos somos la leche! Y es que cuando pensamos en el bien común por encima del individual, podemos conseguir lo que nos propongamos, incluso ampliando esos cauces de torrentes y sus salidas al mar, si así lo decidimos.

Entre el pensamiento de los ecólogos y el empuje de la sociedad y ecologistas que, junto con la iniciativa privada, han de impulsar la actuación de las administraciones ya que suelen pasar veinte años en conseguirlo, y más recientemente, debido a la rapidez del cambio climático, ya estos veinte se han convertido en diez años.

Pero ahora no podemos esperar ni veinte, ni diez, ni cinco años a dar las soluciones que se nos planteen, no solamente el cauce de los torrentes sino la ordenación del territorio, la movilidad, el turismo y servicios y el sector primario necesitan una inversión de estudios y I+D+I con acciones concretas e inmediatas para que, en un futuro muy próximo, no tengamos estos problemas que ha tenido el levante español por las próximas danas que llegarán a nuestras islas, según vaticinaron desde hace tiempo nuestros buenos meteorólogos. Pongamos limpiadoras permanentes en nuestros torrentes, al igual que en nuestras calles y aumentemos sus caudales al paso de las zonas urbanas.

No hace mucho tiempo (1999-2003) pasamos del usar y tirar al tirar y usar, lo cual parecía imposible, pero lo conseguimos entre todos. Actuemos con decisión contra el cambio climático y con fuerza a favor de la naturaleza y de la sociedad. ¡Dejemos de ser depredadores! Endavant i fora por.