Cuando leemos un libro, conversamos con el autor. Establecemos con él un diálogo profundo y sincero.
De este diálogo surge una perfecta compenetración entre autor y lector.
No nos cansemos de leer libros que valgan la pena, nos enriqueceremos humana y espiritualmente hablando.
Quien no lee se encierra en su yo raquítico y pobre.
Sin leer buenos libros, se cerrarán nuestros horizontes y nos faltarán nuevas ideas para enriquecer nuestro espíritu.
Sin leer buenos libros, no seremos capaces de oxigenar nuestra alma con nuevas y sugerentes ideas.
Sin leer buenos libros, nos quedaremos vacíos por dentro. Nos faltará el alimento intelectual que nos pueden proporcionar los mejores autores.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.