Después de las fiestas de Sant Joan de este año, escribí en esta sección que «no pueden morir de éxito por la masificación de miles de visitantes que invaden los antiguos espacios urbanos y por el aumento en el número de cavallers motivado por el incremento de jornaleros». El resultado, con una comitiva tan extensa y la multitud en movimiento, será el mismo: no se podrán celebrar todos los caragols con las tres voltes en cada uno de ellos.
La noche del día de Sant Joan, con 147 jinetes, añadir una vuelta al Caragol de Santa Clara suponía prolongar la fiesta una hora y media más a la una de la madrugada. ¿Hay que poner límites?, ¿cuáles?, preguntaba. El Ayuntamiento de Ciutadella y la Junta de Caixers Senyors, representada por José María de Olivar, barón de Lluriach, y Carlos de Salort, conde de Torre Saura, han acordado, con el aval de la Junta Municipal de Sant Joan, varias medidas para mejorar y ordenar las fiestas santjoaneres.
Entre las propuestas que se aplicarán en junio de 2025 sobresale la reducción del número de caballos que podrán participar durante la mañana del Dia de Sant Joan, con un criterio de equilibrio respecto a la tarde del 24 de junio y el Dissabte de Sant Joan. Se restringe el número máximo de cavallers para cada una de las tandas y se exigirá la edad mínima de catorce años para participar en sa Qualcada. Mejorar la organización y garantizar la sostenibilidad de la fiesta, respetando las tradiciones, son los objetivos de estas medidas que pueden generar cierta controversia, como sucede en todas las cuestiones que afectan a las fiestas de Sant Joan. La celebración de Ciutadella se ve alterada por la afluencia multitudinaria que suscita su magnético espectáculo y por el cada vez mayor número de jinetes que se inscriben en sa Qualcada. La mayoría de los nuevos cavallers son missatges (jornaleros). Había que tomar decisiones eficaces.
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