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La que se ha montado –y lo que te rondaré, morena– a propósito de la declaración del presidente Pedro Sánchez sobre los fastos que tiene pensado celebrar en 2025, al cumplirse cincuenta años de vivir en libertad, es decir, desde que el dictador decidió dejarnos para sentarse a la derecha –¿cómo no?– de Dios padre. Los actos, dijo, tendrán el triple objetivo de revisar la Dictadura, responder a los cada vez más alterados discursos fascistas y dar de paso unos cuantos vivas a nuestra democracia. Acertaríamos al suponer que de esta última no habrá una revisión, pese a que lo que nos llegó fueron las libertades civiles y aún estamos en espera de las políticas. ¿Para cuándo una revisión del sistema electoral o un referendo sobre la monarquía, por citar alguna cosa?

Ni que decir tiene que los del Partido Popular, y no digamos los abascales, ya están colgados del cielo raso como arácnidos en flor. Ellos, que hacen tanto por la desmemoria histórica. Y dicho sea de paso, la cara que habrá puesto Feijóo con eso de la Prohens cambiando la ley de memoria histórica por el decreto de simplificación administrativa como si fueran cromos, después de la metedura de pata del propio PP al votar por error las enmiendas de Vox.

Está bien eso de contraatacar el discurso fascista, faltaría más, pero más que glamurosos actos, lo que se echa realmente de menos son las políticas económicas y sociales verdaderamente progresistas que redunden en el bienestar de la población, que es la forma más contundente de achicarle las aguas al fascismo.