En un Estado de derecho como el nuestro que frecuentemente se vanagloria de haber alcanzado un estado del bienestar, es decir, que usa su financiación en favor de servicios públicos en contraposición a servicios que podrían ser financiados de forma individual, su política del paro forja parte de sus conquistas.
Los beneficiarios de prestaciones por desempleo1 en Baleares fueron 72.146 por las 469.860 afiliaciones existentes a la Seguridad Social de las cuales 96.816 son autónomos, y 134.370 demandantes de empleo que incluye tanto personas en paro como otras que no pero que buscan un cambio laboral. Como es de esperar, el sector servicios es quien aglutina cerca del 80 % de las afiliaciones.
Baleares lideró, por detrás de Madrid y Barcelona, la movilidad geográfica de la contratación dentro de España con un saldo positivo de casi 30.000 personas, y también fue la que tuvo mayor tasa de llegada de inmigrantes del extranjero en 20232.
Pero, ¿qué hay detrás del vómito estadístico? Se observa claramente que en Baleares hay un contingente importante de paro y también un saldo migratorio muy positivo, aunque no hay cifras sobre los que vienen por necesidad de trabajo y los que lo hacen por lucro, la mera observación empírica de la calle habla por si misma.
«¡Necesitamos a los inmigrantes!» es una sentencia que se oye frecuentemente y que alude a que se necesitan porque no hay mano de obra suficiente. No le falta razón a este argumento cuando uno hecha un vistazo al campo, o cuando se sabe que las empresas de construcción están desesperadas por encontrar personal, al igual que ocurre en el sector turístico.
Pero… ¡un momento! Acabamos de ver que hay muchas personas en paro, ¿verdad? Y es que lo esgrimido anteriormente es incompleto: la Asociación de Constructores critica que hay un gran contingente de parados en el sector; los agricultores dicen que nadie quiere labrar el campo; el omnipotente sector turístico ve aumentar año tras año las complicaciones en la contratación; incluso los demandantes de trabajos cualificados, como es el sector tecnológico, se encuentran en la misma situación.
Por lo que el ‘problema’ no es sectorial, sino general. «¡No hay disponibilidad de profesionales, en ningún sector!». Es otra sentencia que se oye frecuentemente. Y eso abre otro melón del que hablaremos otro día.
De tal modo que Baleares se encuentra ante algo, aparentemente, absurdo: todos sus sectores de actividad demandando mano de obra, pero hay un paro destacable e inmigrantes que vienen a trabajar. Parece un perfecto guión para una obra de Samuel Beckett.
Homo Turisticus preguntó a los residentes de Mallorca su parecer sobre que se diera prioridad a las personas en paro en la incorporación al mundo laboral antes que recurrir a mano de obra exterior. Un 82,23 % está a favor de la medida. Esta medida tendría su sentido siempre que la cualificación fuera adecuada. Ya no hablemos de la motivación… Pero por algo se empieza.
Mientras tanto, la población de Baleares crece año tras año, no hay vivienda disponible, y ya aparecen los primeros okupas de hoteles. Idò!
1 Observatorio de las ocupaciones. 2024 Informe del Mercado de Trabajo de les Illes Balears. Datos 2023.
2 Instituto Nacional de Estadística.
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